¿Cómo hacer un Huerto en 6 Pasos?

¿Has pensado en algún momento cultivar tus propios alimentos, pero no sabes cómo se hace una huerta? Todos sabemos que comenzar un huerto puede ser un proyecto un poco dispendioso, ¡pero no te desanimes!. Siguiendo algunas pautas y consejos básicos que aquí te daremos, te podrás encaminar en ese nuevo mundo de la comida saludable, en donde las verduras, legumbres, hortalizas y frutales, serán los alimentos que tanto has anhelado cosechar. 

En la actualidad, los jardines comestibles han ganado mucho terreno y popularidad dentro de aquellas comunidades que buscan una conexión más profunda con sus alimentos y la procedencia de los mismos. Por tal motivo, en este artículo te ayudaremos a que tu proyecto de cultivar tu propio huerto sea una realidad, en solo 6 simples pasos.

Paso 1: APRENDER LO BÁSICO

Lo primero que debemos tener en cuenta, es que todas las plantas sin excepción alguna, necesitan crecer y sobrevivir de una forma adecuada y sana, para lo cual dependen de factores externos como luz, suelo, agua, nutrientes, pH del suelo, entre otros, que influyen en este proceso.

Ahora bien, entender qué es un huerto y cuales son las necesidades básicas que tienen las plantas, nos permitirá tener un panorama más amplio de lo que podemos hacer para sembrar y cosechar de forma exitosa en nuestro proyecto de huerta en casa.

Los elementos externos que más actúan e intervienen en todo el proceso de desarrollo de las plantas son:

Luz

En el caso de las verduras, un gran porcentaje de éstas necesitan al día, por lo menos 6 horas de pleno sol. En algunos casos como la lechuga y la espinaca pueden tolerar la sombra parcial.

Por otro lado, los cultivos de raíces, como las zanahorias y remolachas, funcionan bien en lugares donde solo puedan recibir el sol de la mañana.

Suelo

El suelo es uno de los elementos más importantes para cultivar alimentos saludables.

Una característica de los terrenos en los huertos nativos, es que pueden ser arcillosos, arenosos o rocosos. Pero las verduras requieren un suelo suelto y con muy buen drenaje que permita que el agua y los nutrientes lleguen de manera eficiente a la zona de las raíces.

En el caso de la tierra arcillosa o compactada, ésta puede causar el estancamiento de agua, provocando que las raíces se pudran o generando otro tipo de enfermedades. Ahora, en el caso de los suelos arenosos, éstos por el contrario permiten que el agua y los nutrientes se drenen demasiado rápido.

Por lo anterior, es muy importante que antes de iniciar con la construcción del huerto, se evalúe el terreno existente con pruebas de suelo para determinar qué se necesita y cómo se debe proceder con precisión.

Finalmente, recomendamos el uso de la enmienda orgánica como el compost, mantillo, estiércol y humus de lombriz para mejorar el drenaje y la consistencia del suelo, de igual forma proporcionará nutrientes. Si su terreno en el huerto es pobre, considere agregar camas elevadas y utilizar una mezcla de suelo prefabricado.

Agua

Recordemos que el agua es esencial para las plantas porque juega un papel fundamental en el proceso de fotosíntesis, que es la forma en que producen su alimento. Este vital líquido también actúa como un medio para transportar nutrientes y minerales desde las raíces hasta las hojas y otras partes de la planta.

En el caso de las plantas vegetales, éstas crecen mejor con un riego ligero y constante para que sus raíces se establezcan. Cuando crezcan, se aconseja regar con menos frecuencia y durante más tiempo para establecer raíces más profundas. 

Utilizar demasiada agua puede provocar que la raíz de la planta se pudra y se generen enfermedades fúngicas. Por otro lado, la falta de agua puede provocar un crecimiento atrofiado y un desarrollo deficiente.

No podemos olvidar que las plantas de tu huerto necesitarán más agua durante las temporadas de calor o sequía. Para determinar si necesitan riego, introduzca su dedo en el suelo; si se siente seco de 2 a 4 pulgadas hacia abajo, entonces es momento de hacerlo.

Nutrientes

Todas las plantas, sin excluir ninguna, necesitan nutrientes para su crecimiento y desarrollo; siendo el nitrógeno, el fósforo y el potasio los principales.

pH del Suelo

Es importante saber que la capacidad de una planta para absorber nutrientes depende en gran medida del nivel de acidez o alcalinidad del suelo, conocido como pH. Este factor se mide en una escala de 1 a 14, siendo 1 el más ácido, 14 el más alcalino y 7 el neutral.

A la mayoría de los alimentos del huerto, les favorecen los suelos que se encuentran en el rango neutral, aunque algunos prefieren más ácidos o alcalinos.

Antes de plantar, sería importante utilizar un kit de prueba para determinar el pH de su suelo. En el caso de las mezclas de terreno prefabricadas ya deben estar correctamente equilibradas durante al menos la primera temporada de crecimiento. Para ajustar el pH en tu huerta, solo agrega cal para aumentar la alcalinidad o azufre para aumentar la acidez.

Orgánico

Para nuestro huerto casero, lo más recomendable es evitar, dentro de lo posible, el uso de controles de plagas o enfermedades, así como también fertilizantes químicos, con el fin de que los alimentos no se contaminen. Lo ideal es utilizar insumos orgánicos que no los afecten.

Paso 2: ELEGIR UN SITIO

Para saber cómo armar una huerta, no es necesario disponer de un gran espacio para iniciar tu proyecto de cultivar tus propios alimentos. Un lugar que recibe al menos 6 horas de pleno sol es todo lo que se requiere. Las verduras en este caso, se pueden cultivar en un contenedor, terraza, balcón o en un área específica de tu jardín.

Algunos ejemplos de sitios para un huerto, podrían ser:

Camas de Jardín

Tomando como referencia una huerta de hortalizas, ésta se puede plantar en hileras planas o en montículos. El terreno elevado se calentará más rápido en primavera y proporcionará un mejor drenaje. Diseñe filas que vayan de norte a sur para una mejor exposición al sol y construya caminos en el medio para facilitar el acceso. Ubique las plantas más altas, como el maíz y los frijoles en el lado norte para que no den sombra a las plantas más pequeñas.

Camas Elevadas

Esta es una excelente opción para los principiantes en este mundo de la jardinería, ya que las camas elevadas son más eficientes y manejables. Las cajas elaboradas de madera, plástico o metal se llenan con una mezcla de suelo comercial y pueden ser construidas por usted mismo o elegir un kit prefabricado si así lo desea.

Dentro de las ventajas que ofrecen las camas elevadas, podemos mencionar: 

  • El suelo se calienta más rápido
  • Permite mejor drenaje
  • Genera mayores rendimientos 
  • Requiere menos mantenimientos

Contenedores

Para aquellas personas que cuentan con un espacio limitado, muchos de los alimentos se pueden cultivar en contenedores dentro de patios, terrazas o balcones. Algunos casos como la lechuga, berenjena, guisantes y tomates enanos, se pueden cultivar en cestas colgantes o en jardineras invertidas.

Jardinería Vertical

La jardinería de tipo vertical es otra excelente manera de maximizar el espacio y la producción. Las plantas trepadoras, como los guisantes, pepinos, frijoles, tomates y los calabacines, se pueden cultivar en una jardinera vertical, en un enrejado u otro soporte, como cercas galvanizadas para granjas.

Paso 3: DECIDIR QUÉ CULTIVAR

Elegir qué cultivar en tu huerto puede parecer una tarea sencilla, pero en realidad, es un proceso que requiere un poco de investigación y planificación para poder obtener los mejores resultados posibles. Por esta razón, te recomendamos tener muy presente los siguientes aspectos básicos para cultivar tus propios alimentos.

Cultiva lo que te gusta

Haz una lista de aquellas verduras, frutas, legumbres u hortalizas que te gusta comer. Considere cuánto consumirá realmente y si desea conservar cualquier exceso, lo anterior con el fin de aprovechar muy bien el espacio en tu huerta y no cultivar alimentos que se pueden desperdiciar.

Empieza pequeño

Ahora bien, cultivar lo que te gusta no significa que lo puedas hacer, ya que existen varios factores externos como el acceso a la luz solar, temperatura, humedad, viento, suelo y hasta las posibles plagas o enfermedades que se puedan presentar en el sitio. Por tal razón, se recomienda reducir tu lista de deseos a unas pocas variedades de alimentos que sean más fáciles de cultivar y propicias para las condiciones generales de tu huerto.

Haz un Plan de Jardín

Sería perfecto poder elaborar un plan de acción y un cronograma de lo que se desea plantar y en qué momento realizarlo. También puedes incluir recordatorios de cuándo fertilizar y replantar, y para ello podemos hacer uso de un planificador de jardines.

Haz tu Tarea

Investiga un poco y familiarízate con los alimentos que deseas cultivar, así como también de aquellas plantas que crecen bien juntas (llamadas complementarias). Actualmente existen muchos recursos en línea, así como libros de jardinería. De igual forma puedes consultar en almacenes especializados de tu ciudad, en donde te pueden brindar información puntual y consejos prácticos sobre este tema.

Atraer Polinizadores

Como dato curioso te aconsejamos plantar cerca de tu huerto, flores como caléndulas, capuchinas o cualquier otra variedad que puedan atraer insectos polinizadores. Recordemos que la polinización es crucial para el desarrollo de los cultivos en general. Mientras que algunas plantas se autopolinizan, otras necesitan abejas y otros insectos para distribuir el polen.

Paso 4: DETERMINAR CUÁNDO PLANTAR

Como ya lo mencionamos, tener un huerto requiere, no solo de una planificación cuidadosa, sino también de conocer e informarnos sobre aquellos factores externos que influyen de forma directa en el proceso, tales como la zona climática, la temperatura, el tipo de suelo y la cantidad de luz solar disponible. Todo esto nos ayudará a determinar cuándo es el mejor momento para cultivar y así asegurarnos de tener una cosecha exitosa.

Verduras de Temporada Fresca

Es muy conveniente plantar lechuga, guisantes, rábanos, brócoli y algunos tubérculos como zanahorias, papas y remolachas a mediados de la temporada de primavera. Algunos se pueden volver a plantar a finales del verano para la cosecha de otoño. 

En el caso de las verduras de temporada fría, éstas se desarrollan mejor en temperaturas de 4-23 grados centígrados. Es muy importante esperar que haya pasado todo peligro de heladas antes de pensar en sembrar afuera. Las plantas jóvenes se pueden proteger con una campana o una cubierta de hileras durante los períodos de frío.

Verduras de Temporada Cálida

Una vez que el clima se caliente a finales de la primavera; es el momento ideal para plantar pimientos, tomates, frijoles, maíz, pepinos y berenjenas. 

Las variedades de temporada cálida necesitan temperaturas promedio entre 15 y 35 grados centígrados. Es necesario tener muy presente las “fechas de madurez”, ya que nos indican cuánto tardan las verduras en llegar a ese punto. Ahora, con plantas como los tomates que tardan más en crecer, es preciso asegurarnos de que este período de tiempo no exceda la fecha promedio de la primera helada en otoño.

Siembra Sucesiva

Para mantener una cosecha continua a lo largo de la temporada de desarrollo, se recomienda sembrar cantidades más pequeñas de plantas de crecimiento rápido como espinaca, lechuga, rábano, remolacha y frijoles arbustivos cada 2 a 4 semanas. No siembre cultivos de clima fresco durante la temporada más calurosa del verano y reanude cuando el clima comience a refrescarse nuevamente.

Paso 5: ¿COMENZAR CON SEMILLAS, BROTES, BULBOS O TUBÉRCULOS?

Cuando se trata de comenzar tu proyecto de huerto, hay varias opciones para analizar en cuanto a los alimentos o plantas que se pretenden cultivar. Una opción popular es iniciar con semillas, lo que permite tener una amplia variedad de plantas para elegir. Otra opción son los brotes, que se refiere a plantas jóvenes que ya han comenzado su proceso de crecimiento. Por otro lado, los bulbos y tubérculos son también dos de las opciones más comunes para dar inicio a tu huerto.

Definitivamente, cada elección tiene sus propias ventajas y desventajas, por lo que es importante considerar qué es lo mejor para el tipo de huerto que se desea cultivar.

Crecer a partir de Semillas

Las variedades como los guisantes, lechuga, remolacha, rábano, zanahoria, frijoles y la espinaca son muy fáciles de cultivar a partir de semillas y se pueden sembrar directamente en el huerto. 

Recordemos que las semillas germinan dentro de un cierto rango de temperatura, que varía según el tipo de verdura. De igual forma, tenga muy presente el espacio con que se dispone para sus cultivos, ya que queremos evitar el hacinamiento.

Crecer desde el Comienzo

Si eres un jardinero principiante o simplemente quieres comenzar con tu proyecto de huerto, tendrás más éxito con cultivos de clima cálido como pepinos, tomates, pimientos y calabazas, cuando éstos son sembrados con brotes o a partir de plantas iniciales compradas en un centro de jardinería especializado.

Las variedades de clima frío y crecimiento lento como el apio, la coliflor, el brócoli y el repollo también son más fáciles desde el principio.

Cultivar a partir de Bulbos o Tubérculos

Como referencia de este tipo de cultivos tenemos las cebollas; aunque se podrían cultivar a partir de semillas, lo más recomendable es hacerlo directamente mediante bulbos. Otro ejemplo es el ajo que se cultiva a partir de clavos, mientras que las papas se producen a partir de tubérculos.

Paso 6: CUIDAR TU HUERTA

Cuidar la huerta con las herramientas, insumos y conocimientos apropiados, es lo más gratificante y satisfactorio para un jardinero, ya que al final del proceso le podrá proporcionar alimentos frescos y saludables durante mucho tiempo. Un buen proyecto de huerta implica elegir las semillas adecuadas, cuidar el suelo, regar y fertilizar adecuadamente, controlar las plagas y/o enfermedades, y cosechar en el momento adecuado. Con un poco de investigación, paciencia y dedicación, puedes crear un huerto productivo y sostenible.

Algunos de los tips para cuidar y conservar tu huerta en óptimas condiciones son:

Mantenlo Limpio

Es fundamental mantener las áreas de cultivos y plantaciones libres de malezas, plagas, enfermedades y otros desechos que puedan influir negativamente en el desarrollo y crecimiento de las mismas.

Mantillo

Coloque una capa de compost, abono, paja o mantillo de hojas alrededor de las plantas cultivadas, para evitar la maleza y retener la humedad; de esta forma se facilitará el mantenimiento del huerto.

Plagas y Enfermedades

Cuando las plantas o cultivos se encuentran en las condiciones adecuadas, son menos vulnerables y propensas a plagas y enfermedades. Aunque algunas variedades son más resistentes que otras; los problemas se presentan según el tipo de alimento o planta que se haya sembrado y la región en la que se encuentra el huerto. Por tal motivo es necesario investigar antes de cultivar, de esta forma se podrán detectar síntomas de enfermedades e inconvenientes con plagas, que podrán ser tratados y erradicados desde el principio.

Cosecha

A la hora de recoger la cosecha de tu huerto, asegúrese que los alimentos como verduras, legumbres, hortalizas y frutas se encuentren maduras para obtener el máximo sabor. De igual forma, se recomienda consumirlos lo antes posible para evitar que se dañen, pudran o desperdicien. En caso tal de requerir un poco más de tiempo para su uso, se aconseja congelarlos o realizar el proceso de elaboración de conservas para su disfrute más adelante.

Aprende de tus Fracasos

Para nadie es un secreto que puede ser un poco frustrante y molesto, el hecho de que los cultivos de tu huerto no llegan a feliz término o no funcionan de la forma que tu querías. Incluso para los jardineros más experimentados, el éxito y el fracaso están a la vuelta de la esquina. 

Cada año es diferente para las actividades que hacen parte de la jardinería o agricultura, sea a pequeña o grande escala, más aún cuando algunos factores externos, como el clima o el terreno están fuera de nuestro control. 

Es fundamental al concluir con el proyecto del huerto, hacer un balance y un análisis de todos los resultados, tanto buenos como malos; de esta forma se podrán realizar correcciones y/o mejoras para el próximo momento de siembra. 

Lo importante es no desanimarnos y darle la oportunidad a tu huerto de intentarlo nuevamente.

Definitivamente los alimentos de cosecha propia, recién salidos de tu huerto, pueden tener un mejor sabor, ser más nutritivos y saludables, si los comparamos con aquellos que se compran en tiendas o supermercados. Al final de toda esta aventura, te podemos asegurar que sentirás una gran satisfacción al comer un alimento que tú mismo has cultivado.

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